martes, 4 de octubre de 2011

LOS CELOS.

Un alto porcentaje de la población considera que los celos son una muestra de amor hacia la pareja celada. Algunas personas se sienten mal queridas si el amado (a) les refiere que no siente celos. La realidad es que los celos son producto de la desconfianza que experimenta el celoso y el motivo de muchos crímenes pasionales y de millones de rupturas amorosas, que sin ellos tal vez habrían podido sobrevivir.

Los celos sexuales son los más pasionales y originan el mayor de los sufrimientos en el celoso, pues éste no puede dejar de pensar en que su pareja esta con otra persona y que por tal motivo se está quedando sin su amor y su fidelidad. Uno de los substratos inconscientes de los celos es la homosexualidad latente que todos los seres humanos llevan en su interior, como resabio de la bisexualidad infantil. Tanto los hombres como las mujeres, cuando niños, llegaron a creer que podían ser de uno u otro sexo, hasta que el efecto de las hormonas les demostró que se era hombre, o se era mujer. Algunos continúan en la vida con la idea de que pueden ser ambos sexos y son personas que ejercen su sexualidad de ambas maneras: hetero y homosexualmente. Son bisexuales activos, que pueden estar casados, tener hijos y tener un amante de su mismo sexo.

Los individuos que son muy celosos y siempre andan “viendo moros con tranchete”, que desconfían de cada paso que da su pareja y creen que se acuesta con cualquiera, son personas muy inseguras de sí mismas y de su propia sexualidad. El mecanismo que subyace a los celos es una defensa frente a la inclinación homosexual. La defensa consiste en que el celoso cree que su pareja está pensando en tener sexo con otra persona del mismo sexo que quien cela. Si es hombre, celara a su mujer pensando que ella desea estar con otro hombre. En la calle andará alerta de vigilar a su mujer, creyendo que ella volteara a ver a todos los hombres que se crucen en su camino. Sin embargo, el celoso, solo se fijara en aquellos hombres que para él resulten atractivos y mediante el mecanismo de la proyección, culpara a su mujer de fijarse en ellos, aunque ésta ni siquiera se haya percatado de la presencia de dichos hombres, o lo que es peor, ni siquiera sean de su gusto. La persona que sufre de celos, puede caer en una celotipia, que son los celos enfermizos. En esta enfermedad, el celotipico (a) cree que su pareja lo engaña hasta con su sombra y en algunos casos llegan a temer que su mujer sueñe con los otros (as). Es tanta su desconfianza que busca cualquier indicio que le pueda confirmar que tenía razón en su percepción.

El celoso (a), duda de sí mismo (a), pero no es capaz de reconocerlo, por lo que proyecta en el otro (a) sus deseos y sus miedos. Como él duda de sí mismo (a), cree que no es digno de ser amado (a) y que su pareja fácilmente lo cambiara por el otro (a). Como no es capaz de reconocer su propia desconfianza, la proyecta en su pareja y desconfía de ella, acusándola de serle infiel. Pero en realidad, es el celoso quien desea ser infiel, solo que no con otra persona del sexo contrario, sino con alguien de su mismo sexo. Por eso los hombres celan a sus mujeres con otros hombres y las mujeres a sus hombres con otras féminas. La persona celosa vive pensando en lo que hace o hará su pareja con alguien del mismo sexo que el celoso y de esta forma es como si él o ella lo estuvieran haciendo con la persona con la que celan a su pareja. Si el celoso reconociera esta situación, la angustia sería mucho mayor que la que le generan sus celos, pues sería tanto como reconocer que es homosexual. Los celos son pues una defensa frente a la homosexualidad latente que amenaza con hacerse manifiesta en sujetos a los que ésta les angustia en exceso, por lo que prefieren culpar a su pareja de aquello que ellos desean, pero sin reconocerlo.

Las personas celosas sufren por sus angustias homosexuales y por su inseguridad, producto de su identidad sexual no consolidada. Al no estar seguros de sí mismos, los celosos creen que son fácilmente intercambiables, lo cual les angustia terriblemente, pues temen quedarse solos y sin la seguridad de tener una pareja heterosexual que los reasegure contra sus miedos homosexuales. Los celosos no son homosexuales de facto, pero si tienen mucho miedo de llegar a serlo, pues en su infancia tuvieron problemas para confiar en sí mismos y para consolidar su proceso de separación individuación que consiste en saberse queridos y sentirse seguros de ser amados por la madre tal como son, de acuerdo con su sexo biológico: si son niñas se sienten amadas por ser así y si son varones, sienten que su madre y su padre los ama por lo mismo.

Vivir con un celoso irredento es un suplicio para su pareja, quien constantemente es acusada de hacer cosas que ella no pensó o no realizó. El celoso es capaz de hacer dudar a su pareja de serle infiel y hay casos en los que la persona celada llega a dudar de sí misma, pues el mecanismo proyectivo que utiliza el celotipico es tan fuerte que contamina a la pareja del celoso, haciéndola insegura de sí misma, al grado de que se somete a los controles autoritarios del celoso para darle tranquilidad, cosa que no se logra. Los celos sexuales generan una violencia intraconyugal tremenda, pues a la inseguridad sexual del celoso, se agrega la pasión y la agresión que está ligada a su sexualidad pregenital, llevándolos a perder el control de sus impulsos cuando creen que su pareja los ha engañado con otra persona, llegando incluso al crimen pasional, tal como nos muestra la historia y la literatura universal.

Una manera de resolver los celos es sometiéndose a un proceso psicoterapéutico con un profesional de la salud mental y solicitando el apoyo de la pareja para salir delante de esta situación enfermiza que destruye el vínculo amoroso, pues sin confianza y seguridad en uno mismo y en la pareja, no se puede construir nada sólido, pues el menor viento de duda, echa al suelo cualquier construcción libidinal.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Sexualidad responsable y placentera.


Para algunas personas parece difícil creer que el placer y la responsabilidad puedan ir de la mano, pero para muchas otras, que tuvieron la fortuna de tener padres amorosos y responsables, el binomio si es posible, con los consiguientes beneficios. La educación sexual no debería ser un problema si se la considerara como parte normal del sano desarrollo de todas las personas. Los mejores y los peores educadores suelen ser los padres, quienes con el ejemplo amoroso o agresivo, van moldeando la mente de sus hijos y la percepción que éstos tienen de lo que es la sexualidad. Los progenitores que saben disfrutar de su sexualidad y de su convivencia conyugal, que no experimentan la sexualidad con culpa ni prejuicios, tienden a ser más francos y claros en las actitudes y respuestas que les dan a sus hijos respecto al erotismo, garantizándoles una vida sexual más sana y placentera.
La educación sexual se mama desde la infancia y comienza desde las fantasías preconceptivas que los padres tienen sobre el sexo del futuro hijo que esta por nacer. En la mente de los padres aparece el pequeño con un sexo deseado, independiente del que realmente tenga. Si al nacer el bebé, ambos padres son capaces de adecuar sus fantasías a la realidad, éste crecerá sintiéndose amado con su sexo biológico y no tendrá grandes problemas en la conformación de su identidad sexual genérica. En los casos en que los padres o alguno de los dos no aceptan la realidad biológica de su hijo, éste o ésta crecerán con mayores desafíos para lograr una adecuada identidad sexual. Cuando los padres se adaptan fácilmente a la realidad del sexo biológico de su pequeño (a), lo educaran según los cánones sociales para ello y el hijo se irá comportando conforme a los mismos. Es importante que ambos padres estén en sintonía para responder las inquietudes que los pequeños plantean desde muy temprano y que sus respuestas sean acordes a las preguntas y situaciones que se les presentan. Lilia es una joven madre de un pequeño de 9 meses que refiere, muy contenta, la primera vez que vio a su niño tocarse el pene y como éste se observaba fascinado por las sensaciones que le generaba el tocárselo. En ningún momento se angustio, ni lo reprendió, en cambio se sintió contenta de ver el gusto que su pequeño experimentaba con el descubrimiento. Es una madre que disfruta con el desarrollo de su hijo.
Desde muy temprano en el desarrollo, los padres refuerzan o reprimen determinadas conductas sexuales de sus hijos pequeños y de esta manera les mandan mensajes de lo que aprueban y lo que desaprueban. Una vez que éstos son capaces de preguntar, plantean las dudas universales que tienen que ver con el origen de la vida: “¿cómo nací?, ¿dónde estaba antes?, ¿cómo entre a tu panza?, ¿qué hizo mi papi?, ¿Por qué son diferentes los niños de las niñas?, ¿Por qué no puedo tener un bebé contigo?, ¿puedo besar a mi papi en la boca?, ¿puedo acostarme con él y tener un bebé? Estas y muchas otras preguntas deben ser respondidas con tranquilidad y sinceridad por parte de los padres, para que se les forje y fortalezca el espíritu por explorar y conocer el mundo que los rodea, si se les reprime su curiosidad sexual, se corre el riesgo de reprimir su espíritu epistemofilico y alterar su desempeño escolar, pues llegan a temer preguntar en la escuela por creer que es malo investigar.
Es importante que los padres sepan y comprendan que los pequeños tienen una curiosidad normal y natural por explorar su cuerpo y que en este proceso experimentan placer al tocar sus genitales, surgiendo de esta manera la masturbación infantil. El autoerotismo infantil es algo que las madres propician mediante el aseo corporal del cuerpo de su pequeño(a), pues al limpiarle su zona genital la estimulan con el tacto. Cuando éste crece, tiende a hacerlo por sí mismo y a experimentar placer. Las actitudes que los padres muestren ante el autoerotismo de sus hijos y las aclaraciones que les brinden, influirán en la concepción que tengan de sí mismos y de sus cuerpos. Se sentirán buenos o malos, experimentarán placer y alegría o culpa y miedo.
En la adolescencia los chicos y chicas se ven sometidos a nuevas experiencias corporales que no comprenden, pues los cambios hormonales los toman por sorpresa. Cuando los padres han establecido una buena comunicación y han respondido con claridad y sin miedo a las preguntas sexuales de los hijos, tienen mejores posibilidades de continuar orientándolos en la adolescencia, para responder a sus inquietudes y poder trasmitirles sus normas y valores sobre el comportamiento sexual. Es recomendable que a ambos sexos se les eduque en el conocimiento del funcionamiento del otro sexo, que los chicos conozcan el proceso de la menstruación y desarrollo del cuerpo femenino y que ellas sepan de las poluciones y de cómo reacciona el cuerpo masculino frente a la estimulación sexual. Que conozcan sobre los métodos anticonceptivos, sobre las enfermedades de transmisión sexual y sobre todo, que sepan mantener un control sobre sus impulsos sexuales, sin llegar a reprimir su autoerotismo de manera culpígena. Si los padres adoptan una postura natural frente a la sexualidad, si han sido amorosos como pareja, si mantienen abierto el canal de comunicación con sus hijos, pero sobre todo, si son congruentes entre sus pensamientos y sus actos sexuales, podrán tener mejores posibilidades de éxito en su educación sexual para que sean personas responsables en el manejo de su sexualidad y erotismo y en la adultez gocen de una vida plena, placentera y sexualmente responsable.
Para saber más: “Yo sexo, tú sexo, nosotros… de Hiriart, V. editorial Grijalbo.

CURSO TALLER SOBRE AUTOESTIMA Y PARENTALIDAD.

PROGRAMA PARA EL CURSO TALLER SOBRE AUTOESTIMA Y PARENTALIDAD.

DIRIGIDO A:
Quienes tengan el deseo de aprender a ser mejores personas, que sean dinámicas y con deseo de progresar, que quieran mejorar sus relaciones con sus parejas y con sus hijos, que no le teman al cambio y que estén dispuestas a invertir un poco de su tiempo en su autoconocimiento.
OBJETIVOS.
Que las y los participantes:
Conozcan los elementos afectivos que integran una autoestima sólida que facilite un sano desarrollo de la personalidad, tanto en lo personal, social, sexual, familiar, corporal, como intelectual.
Adquieran conocimientos sobre la psicología del desarrollo infantil, de la adolescencia y de la vida adulta que les ayuden a comprender mejor la conducta propia, de su cónyuge y de sus hijos para mejorar las relaciones y la comunicación familiar.
Tengan información sobre el Ciclo vital de la Pareja y de la Familia, que les facilite comprender las conductas de cada uno de sus integrantes.
Logren mejorar la comunicación con su pareja y con sus hijos, aprendiendo a resolver conflictos.
Conozcan mejor su sexualidad y la de su pareja, para un mejor entendimiento conyugal.
Compartan con el grupo sus inquietudes, anécdotas y experiencias.
METODOLOGÍA.
Los coordinadores impartirán los temas en base a su conocimiento y experiencia y el grupo los discutirá, analizará y cuestionará para un enriquecimiento grupal.
Se les recomendarán algunas lecturas que se revisarán y discutirán la siguiente semana.
El grupo podrá proponer algunos temas que sean de interés para todas las participantes y se programara su discusión.
COORDINADORES:
Ma. Elizabeth Zermeño Muñoz.
Psicóloga clínica, atiende a niños, adolescentes y adultos. Evaluaciones psicométricas, imparte cursos y talleres sobre comportamiento humano. Colaboradora en programas de radio mujer
Dr. Marco Antonio Pérez Mora: Psicoanalista de Adultos, Niños y Adolescentes, Psicoterapeuta de Parejas, de Grupos y de Familias.
Experiencia clínica de más de treinta años, atendiendo a adultos, niños, adolescente, parejas y familias, con diversos problemas emocionales y sexuales.
Conferencista en diferentes foros locales y nacionales, colaborador en el Programa El Expreso de las diez de Radio Universidad de Guadalajara, sobre aspectos de salud mental y sexualidad.
Colaborador del periódico Público Milenio durante más de diez años con una columna dominical sobre sexualidad humana.
TEMARIO.
La autotestima y el éxito en la vida: familiar, personal, social, sexual, laboral, intelectual, conyugal.
El desarrollo psicológico: del nacimiento a la vejez
La parentalidad: Ser madre y Ser padre.
Características de una buena madre.
El papel del padre en la educación de los hijos.
¿de tal palo tal astilla?
La elección de pareja.
El ciclo vital de la familia
Los conflictos conyugales
La comunicación entre la pareja
La comunicación con los hijos
El placer de complacer: la sexualidad de la pareja.
Sobre la marcha se podrán incorporar los temas que le interesen al grupo.
REQUISITOS:
Comprometerse a participar dinámicamente en cada seminario, pagar puntualmente su aportación, asistir puntualmente, ser respetuosas de las opiniones del grupo, avisar con anticipación si piensan dejar el grupo.
Por no ser un curso formal con valor académico, no se harán evaluaciones. A nadie se le reprueba, tampoco se le aprueba, cada participante llevará su propio ritmo de aprendizaje.
COOPERACIÓN.
La cooperación es de $1000.00 mensuales y se deberán cubrir la primera semana de cada mes. Dicha cooperación es independiente de si asistieron o no y del número de asistentes al curso, el cual será limitado a un máximo de 15 personas.
LUGAR Y FECHAS.
El curso se impartirá en la calle de Nelson No. 80, entre Justo Sierra y Golfo de Cortés, en la colonia Vallarta norte, los viernes de las 10 a las 11.30 de la mañana.
Para que el grupo no se atrase es importante ser puntuales.

lunes, 25 de julio de 2011

LAS CYBER RELACIONES.

Tema del programa del 20 de enero de 2011en Radio Universidad de Guadalajara. 104.3 FM



Con los avances de la tecnología, algunas conductas también cambian, o al menos se hacen más explicitas, como es el caso de la sexual, que a través del internet se manifiesta de formas que antes hubieran sido impensables, como es el caso de los chats en los que una o varias personas, que la mayoría de las veces no se conocen, ni lo harán nunca, entablan relaciones que suelen llevarlas a expresarse sus fantasías sexuales sin inhibiciones, amparados en el anonimato que da este tipo de comunicación.
Si bien el internet es un medio de comunicación con el mundo entero las 24 horas del día, así como de obtención de información actualizada en casi todos los campos del saber humano, también se ha convertido en un medio para no estar solo en este tan globalizado mundo, en el que no se conoce al vecino, pero si se cree conocer a quien está en la red a miles de kilómetros de distancia y con quien se entablan relaciones que suelen llevar a confesiones intimas en espera de ser correspondido (a) de la misma manera y de esta forma alimentar el voyeurismo que todo mundo tiene por dentro, al saber de las fantasías sexuales de los demás.
Algunas personas emplean la red para ver pornografía y sexo explicito de diferentes tipos: heterosexual, homosexual, con animales, sado masoquista, con niños, etc., pero muchos lo hacen para conocer personas e intercambiar sus fantasías sexuales, que difícilmente se atreverían a compartir con su pareja sexual de carne y hueso con la que duermen y comparten los días, pues les resulta más sencillo expresarse frente al monitor con un (a) extraño (a) e imaginarse que quien está del otro lado de la línea se excita con lo que se le dice, de la misma forma en que el emisor lo hace. Las personas que emplean el internet para estos fines, generalmente son tímidas, aisladas, penosas, e incapaces de conquistar a alguien en persona. Si tienen una pareja, sufren de serios problemas de comunicación con ella, dificultades en su vida sexual o le tienen muchos resentimientos y no se atreven a compartir sus deseos y fantasías sexuales por temor, enojo o prejuicios.
La mayoría de quienes realizan ciber sexo, son hombres con dificultades en sus relaciones interpersonales y en el desempeño de su vida sexual, que recibieron una inadecuada educación sexual, creen que las relaciones sexuales son complicadas y peligrosas, por ello prefieren hacerlo con quienes no conocen y con quienes no tienen lazos afectivos. Les resulta estimulante el fantasear con poder excitar a su receptor, aunque en ocasiones éste no sea realmente como se dice ser, de tal manera que las palabras escritas son las que dan pie a las fantasías sexuales que los pueden llevar a la masturbación o al orgasmo. Las pocas mujeres que responden a esto lo hacen como un juego temporal, porque se sienten incapaces de conquistar a un varón real o porque su pareja las tiene abandonadas emocional y sexualmente. Sin embargo, por más excitante que a este tipo de personas les puedan resultar estas relaciones, nunca experimentaran el mismo placer que se puede alcanzar con alguien en vivo, frente a frente, con quien se pueda sentir la textura de su piel, su olor, su respiración, su saliva, su palpitación, su mirada, su calor, su voz, a quien se pueda abrazar, besar, acariciar y de quien se reciben caricias y besos que aumentan la excitación del Inter juego amoroso y sexual.
Para algunos, las relaciones cibersexuales resultan seguras, no les amenaza el riesgo de ningún contagio ni embarazo, no se sienten comprometidos y en cualquier momento se pueden zafar de la misma sin ningún riesgo. Se pueden tener en cualquier momento del día, pues solo hay que encontrar los canales adecuados y se toparan con personas de cualquier parte del mundo que anda buscando lo mismo: un momento de excitación, fantaseando con que la otra persona corresponde a sus expectativas y a sus fantasías. El simple hecho de saber que hay otra persona leyendo lo que se escribe, resulta ya de por sí excitante pues es una manera de darle salida a lo que antes solo se pensaba y se quedaba dentro de ella misma.
Para los que pasan del simple chat escrito al video chat sexual, rebasar la barrera de la privacidad y mostrase desnudos (as) frente al otro (a), no les importa, siempre y cuando sean correspondidos; así le dan salida a su exhibicionismo y a su voyeurismo, se muestran desnudos (as) y se masturban para excitar al otro (a) y ven al otro (a), sin el riesgo del contacto personal que los suele inhibir y a veces angustiarse en la vida real.
Cuando se emplea el internet como el único medio de encontrar excitación y satisfacción sexual, en demérito de las relaciones interpersonales, se está frente a una especie de adicción, que puede llevar a las personas a descuidar sus actividades cotidianas y a aislarse del mundo real con los consiguientes riesgos para su salud mental y sexual. Algunos estudiosos de este fenómeno han concluido que si se dedican más de 11 horas a la semana a la búsqueda de material pornográfico y de las ciber relaciones sexuales, se está frente a un adicto al ciber sexo, que puede hacerlos más violentos en la realidad, pues no toleran la frustración que ésta les impone, a diferencia de sus juegos en el internet en donde se han sentido poderosos y deseados sexualmente por su ciber partenaire.
Aunque algunas personas presuman de haberse conocido por el internet y haber encontrado su media naranja, no es el mejor medio para conocer a los demás, pues se presta al engaño mutuo y priva a los participantes del encanto de las relaciones interpersonales, en las que el contacto de las miradas, de piel a piel y el olor de las feromonas son determinantes para llegar a establecer relaciones sexuales afectivas y satisfactorias, apoyadas en la realidad del increíble y maravilloso mundo real.

AMOR DE PELOS.

Tema del programa del viernes 22 de julio de 2011 en radio UDG


AMOR DE PELOS.

En las relaciones amorosas la cultura determina lo que es bueno y lo que no lo es. La atracción entre los sexos tiene sus bases biológicas, pero la parte del gusto esta influenciada por la educación recibida y por las influencias socio culturales. Es por ello que los modelos físicos de atracción sexual han cambiado con el tiempo y las modas. De esta influencia no se han escapado los vellos, que no siempre han sido tan bellos. Hay personas para las que el pelo corporal, no solo el de la cabeza, es un atractivo sexual muy fuerte, en cambio, para otras es motivo de rechazo y de inhibición sexual. A los hombres siempre les ha preocupado la calvicie y a las mujeres les ha angustiado el exceso de vello en las piernas, aunque haya hombres que se exciten con las piernas velludas. De una manera o de otra los pelos siempre han tenido algo que ver con tener un amor de pelos o sin ellos.

Desde hace varios años, algunos hombres se han venido preocupando por depilarse el cuerpo, pues desean tener una apariencia más femenina o infantil y el vello en su pecho, espalda, piernas y genitales les causa repugnancia. Estos hombres tratan de quitarse todo vestigio de pelambre y quedan como maniquís, identificándose así con algunas mujeres en su rechazo al vello corporal, que les resulta feo.

La abundancia o ausencia natural del vello corporal masculino y femenino depende de la herencia. Sin embargo, con los tratamientos de depilación actuales, los hombres pueden erradicarlos de las zonas en donde más les desagrada tenerlo y cada vez son más los que tienden a depilarse la espalda y los genitales, pues se sienten mejores con una apariencia lampiña. Algunos argumentan razones estéticas, pues asocian la peludez con la simies y al depilarse todo el cuerpo pretenden verse más atractivos. A ciertas mujeres les agrada ver a sus parejas masculinas depilados porque el vello les repugna, pues lo asocian con situaciones de salvajismo. En otras ocasiones el vello púbico genera repugnancia porque se tienen problemas con la sexualidad adulta, ya que las imágenes inconcientes de la infancia, de haber visto a los padres desnudos, les provoca angustia. La escena de la desnudez de los padres fue reprimida por la ansiedad producida y ahora, con la pareja, se busca eliminar cualquier rasgo que evoque aquellos recuerdos.

A otras mujeres el vello corporal les excita y despierta su libido porque en su mente asocian dichas imágenes con la masculinidad fuerte, se sienten protegidas por un hombre peludo y verlos desnudos es placentero, sobre todo acariciarlos y sentir sus vellos, que les parecen bellos. Las mujeres que prefieren a los hombres peludos, han tenido modelos de masculinidad con dichas características y no les angustia recordar a sus padres así. Algunas féminas escogen a sus parejas masculinas precisamente por ser peludos, llegando a expresar que el vello de su pecho, su barba tupida o las piernas peludas fue uno de los atractivos que vieron en su pareja. Para ciertas mujeres, el vello abundante es una especie de afrodisíaco natural, en tanto que para otras es causa de inhibición sexual.

En la actualidad a muchos hombres les agrada ver las vulvas depiladas de sus mujeres pues en su inconciente las asocian con vulvas infantiles. En las revistas pornográficas y en el internet abundan las fotografías de mujeres depiladas de sus genitales, porque resultan muy atractivas para un alto porcentaje de varones. Esto tiene que ver con el temor ancestral de los hombres a las vulvas maternas. Una vulva natural esta llena de vello, como una barrera natural protectora contra infecciones e irritaciones, pero a este tipo de hombres, les recuerda la vulva materna y les provoca cierta angustia, pues asocian la imagen con sus deseos edipicos incestuosos, razón por la que prefieren que su pareja se depile, de tal manera que su vulva se vea como la de una niña. De esta manera, la vulva pierde su aspecto amenazador y puede aflorar el deseo.

En el inconsciente, tanto los hombres como las mujeres tienden a asociar a los genitales femeninos con las arañas venenosas y cuando ha habido fallas en la educación temprana, se le asocia con algo amenazador y peligroso. Si se les quitan los vellos, cambia su apariencia y pierde su peligrosidad, de tal manera que puede surgir el deseo de penetración, sin el riesgo de que algo malo le pase al pene. Por su parte, muchas mujeres que tuvieron una educación sexual represiva y que en su infancia asociaron su sexualidad y genitales con algo malo y sucio, creen que los vellos púbicos deben erradicarse y se depilan, quedando con una apariencia infantil, que para ellas es menos amenazadora. Si se combina esto con el hecho de que el varón tenga sus propios temores a las vulvas naturales, la pareja preferirá la depilación genital mutua, argumentando razones estéticas o higiénicas.

También hay hombres que prefieren a las mujeres velludas y les excita ver la mata de vello en su pubis y sus piernas llenas de vellos. Para estos hombres es un plus de excitación y placer hacer el amor con una mujer velluda.

El hecho es que en la actualidad parece estarse poniendo de moda que los hombres se depilen el pecho, la espalda y los genitales y las mujeres hagan lo propio con su vulva y sus piernas, quedando con una apariencia corporal genital, que les permite la cercanía física, aunque en ocasiones su sexualidad no resulte tan plenamente placentera, pues sus inhibiciones infantiles les impiden tener un “amor de pelos”, pues creen que sus vellos son feos.
Marco Antonio Pérez Mora, psicoanalista de Adultos, Niños y Adolescentes, terapeuta de Parejas y de Grupos. Me puedes escribir a dr_perezmora@yahoo.com