miércoles, 21 de julio de 2010

Los sueños eróticos.

Guadalajara, Jal. 12 de enero de 2009.

La sexualidad humana tiene múltiples canales de expresión y medios de satisfacción. Los sueños eróticos son una de las formas en las que la mayoría de las personas logran obtener placer sexual sin arriesgarse al rechazo, a la pena o la vergüenza, a un embarazo no deseado o a una enfermedad de transmisión sexual. Desde los niños hasta los ancianos, los sueños eróticos son una fuente de placer inagotable que puede enriquecer la vida sexual de cualquier persona, siempre y cuando la culpa y la represión extrema no lo impidan. El erotismo onírico es una manifestación de los deseos sexuales que no han podido satisfacerse en la vida cotidiana y en ocasiones causan sorpresa, temor o culpa, aunque en muchas otras dejan un buen sabor de boca y el deseo de que el sueño se convierta en realidad.
Los sueños son la expresión de los deseos que por distintas razones no han podido ser realizados en la vida despierta. Durante el dormir el inconsciente aflora y mediante la escenificación visual, los deseos se satisfacen. En algunos casos la complacencia es mucho mayor en los sueños de lo que en la realidad hubiera sido posible, pues en el sueño el inconsciente no encuentra tanta resistencia ni censura como sucede en la vida real. Por otra parte, el deseo erótico se las ingenia para burlar las reglas y normas del superyó que intenta prohibir la manifestación y satisfacción de los deseos sexuales. En el caso de los niños y de las personas que viven con menos represiones y culpas internas, los sueños eróticos son más expresivos, placenteros y explícitos. Las personas que se sienten reprimidas hasta en el sueño, no se permiten este tipo de placeres y si los llegan a tener los transforman en pesadillas, los olvidan antes de despertarse o simplemente los niegan. Sin embargo, los sueños eróticos son parte de la naturaleza de todos los seres humanos y éstos suelen surgir con mayor frecuencia e intensidad en periodos de abstinencia forzosa, como es el caso de los adolescentes sin novia o novio, quienes están impedidos de tener una relación de pareja: seminaristas, presos, enfermos, o que por su trabajo están alejados de su pareja formal, como los emigrados, las esposas de éstos, en el post parto, etcétera.
Mediante los sueños eróticos, las personas pueden darle salida a sus necesidades sexuales que por diversas circunstancias no son satisfechas mientras están despiertas, es por eso que las personas que se sienten frustradas en su vida amorosa, recurren con mayor frecuencia a la realización de sus deseos vía el sueño erótico, aunque no siempre son capaces de reconocer que solamente así logran algo de satisfacción. Cuando el soñante no teme reconocer sus deseos sexuales, los disfruta y al analizarlos cuenta con la posibilidad de conocerse mejor a sí mismo, pues comprende que en su inconsciente existen deseos que antes ignoraba y que ahora, mediante sus sueños eróticos, puede descubrir. El erotismo onírico expresa deseos que muchas veces no se reconocen en la vida despierta, pero que son parte de la personalidad del soñante. En estos casos se encuentran los sueños de tipo homosexual en una persona heterosexual, los sueños incestuosos, los sueños de sometimiento a la pareja o frente a ésta. También están los sueños de grandeza erótica, consistentes en que el soñante se ve teniendo sexo con personas que en su vida real son inalcanzables, o con experiencias sexuales fuera de serie, como verse con un pene grandioso, eyaculaciones copiosas, mucho tiempo en la relación sexual, con varias parejas a la vez, con orgasmos interminables, con un cuerpo de ensueño o con la persona deseada pero que es la pareja de un familiar cercano o de una amistad estrecha. Es frecuente que los hombres suelan soñar con sus cuñadas, con la pareja de su jefe, como un desplazamiento del deseo edípico de la infancia cuando se deseaba a la madre y se rivalizaba con el padre. Las mujeres tienden a ser más románticas en sus sueños eróticos pero también se excitan y tienen orgasmos dormidas, similares a las poluciones nocturnas masculinas. Muchas féminas amanecen mojadas por la lubricación que el sueño erótico les provoco y en no pocas ocasiones las manifestaciones corporales del orgasmo son tan fuertes que despiertan al soñante, quien descubre que estaba teniendo un sueño erótico. Las perversiones también aprovechan el mecanismo del sueño para burlar la censura y surgen los sueños con animales o en situaciones peculiares de sado masoquismo, fetichismo, exhibicionismo o juegos eróticos especiales.
Sigmund Freud, planteo que los sueños eran los guardianes del dormir y que también eran la manifestación de los deseos que no se habían realizado durante el día, por lo que a través de ellos se podía conocer mejor a las personas, pues mediante sus sueños se accedía al inconsciente. Al conocer los sueños eróticos de alguien, se podrá saber más a fondo de sus deseos sexuales y su manera de vivir la sexualidad. Todo mundo tiene sueños eróticos, al igual que deseos y fantasías que nunca se satisfacen en la vida cotidiana. La experiencia del sueño erótico puede ser muy placentera o muy angustiante, dependiendo del superyó del soñante, quien juzga lo bueno o malo del mismo. Por otra parte, los sueños eróticos son parte de la vida cotidiana de las personas y en la medida en que se les acepte e interprete como parte de uno mismo, se enriquecerá el bagaje erótico personal y conyugal si se comparten con la pareja y ésta los entiende como parte de los deseos sexuales de su partenaire. Contarle los sueños eróticos a la pareja puede ser una buena manera de enriquecer la vida sexual de ambos, siempre y cuando exista confianza, buena comunicación y el lazo amoroso sea sólido, además de que se entienda que los sueños eróticos son parte de los deseos del soñante y que algunos se podrán hacer realidad, mientras que otros seguirán sin realizarse, formando parte del inconsciente.

Marco Antonio Pérez Mora es psicoanalista y psicoterapeuta de Parejas. E Mail dr_perezmora@yahoo.com