martes, 20 de abril de 2010

SEXO APASIONADO.

Guadalajara, Jal. 10 de febrero de 2009.
SEXO APASIONADO.
El sexo apasionado implica un fuerte deseo y excitación por realizar la relación sexual, sea en forma auto erótica o con una pareja. Las personas que son apasionadas en el sexo tienden a ser impetuosas, fogosas, impulsivas y en ocasiones llegan a lastimar a su pareja por la forma tan apasionada con la que realizan sus actos, les urge la descarga. La pasión sexual es un ingrediente que casi siempre está presente al inicio de las relaciones, debido a la novedad de la experiencia y a la idealización que se hace de la otra persona, así como el deseo vehemente de mantener relaciones sexuales con ella. Con el paso de los años, a veces unos meses, la pasión tiende a disminuir y en ocasiones a desaparecer, dejando un gran vacío en la relación de la pareja.
Por lo general la pasión sexual es más fuerte en la juventud y con el paso de los años las personas se van haciendo cada vez menos apasionadas y más mesuradas. Sin embargo, cuando se tiene una nueva relación sexual, suele reaparecer la pasión que ya se consideraba perdida, tal como les sucede a los protagonistas de la película Elsa y Fred en el zenit de sus vidas. La mayoría de las parejas deja que la pasión se vaya apagando pues se inmiscuyen en un sinfín de actividades que les restan fuerza para el desahogo de la pasión, que se queda sin energía. El embarazo antes del matrimonio o durante el primer año de casados, es un enemigo mortal de la pasión sexual, pues los cambios bioquímicos y corporales que experimenta la mujer, influyen en la disminución de la pasión por tener relaciones sexuales. El involucrarse en los arreglos de la casa, los compromisos económicos derivados del matrimonio, los hijos, el trabajo, las dificultades para compartir más tiempo juntos, el sentir que la cosa ya está segura, son algunos de los factores que influyen en la merma de la pasión sexual, que muchas veces se apaga dentro del primer año de matrimonio, con el consiguiente enfriamiento de la relación conyugal.
Mantener el apasionamiento sexual es vital para asegurar una buena convivencia de la pareja y que ésta dure muchos años en buenos términos. Para esto es menester que ambos dialoguen de manera franca y honesta sobre sus gustos y temores sexuales, que se puedan compartir las fantasías, que mantengan un nivel de frecuencia y calidad sexual mutuamente satisfactoria, que sean capaces de innovar, de ser creativos en sus relaciones sexuales y que no permitan que disminuya el deseo por mantenerse activos. Es recomendable que cuiden su arreglo e higiene personal, que preparen adecuadamente el ambiente en el que mantengan relaciones sexuales, que se elogien y motiven por lo que hacen y piensen en la manera de mejorarlo. Para mantener la pasión sexual viva, deben cuidar el cuerpo y la alimentación, hacer ejercicio regularmente y proponerse no dejar pasar la semana sin haber disfrutado de su mutua compañía en la cama.
La pasión sexual es algo que surge al inicio de las relacione sexuales, pero que si no se mantiene viva puede morir de inanición. También es algo que puede recuperarse si se ha perdido por algún descuido, por apatía, indiferencia o aburrimiento debido a la rutina cotidiana. Cuando la pareja continua amándose, es más factible que la pasión se mantenga viva, aunque en algunos casos, ciertas parejas suelen cambiar el apasionamiento sexual por lo que llaman enamoramiento espiritual y se conforman con compartir los gastos de la casa y la crianza de los hijos. Si la pareja anhela aquellos años de apasionamiento sexual, es posible recuperarlos si se lo proponen ambos. Para ello deben recordar lo que hacían y el gusto que experimentaban al hacerlo. Aunque hayan pasado los años, cualquier pareja puede recuperar la pasión por el sexo y vivir con mayor placer y agrado la relación. Lo más seguro es que ya no sean tan enjundiosos en el sexo, que las fuerzas no les permitan las peripecias de la juventud, pero si rescatan la pasión sexual, podrán experimentar un rejuvenecimiento que les motivará a esforzarse por practicar más y mejor su sexualidad.
El apasionamiento sexual es una parte importante de la vida conyugal y como tal debería mantenerse activo, es la chispa que ayuda a que la pareja se mantenga unida a pesar de las adversidades. La pasión sexual sirve de elemento adhesivo y cohesivo para la unión de la pareja, así como para garantizar su permanencia. Las parejas que mantienen viva la pasión sexual corren menos riesgos de sufrir el dolor de la infidelidad, pues no necesitan recurrir al engaño para disfrutar de su sexualidad. Se mantienen más vitales, más sanas, más contentas, se sienten más realizadas y disfrutan más y mejor de su mutua compañía, pues se sienten socios en la búsqueda y mantenimiento de su pasión sexual.
Quienes viven el sexo de manera apasionada, sin importar los años que lleven juntos, son personas más plenas, más satisfechas y que pueden dirimir mejor sus diferencias en los otros ámbitos de su relación conyugal. También les trasmiten a sus hijos el amor y pasión por la vida. Son más creativas y productivas y más comprometidas con el cuidado de su medio ambiente. La sexualidad apasionada retroalimenta su libido y los mantiene comprometidos con la preservación de la vida. Ojala hubiera cada vez más gente apasionada por el sexo y que viviera su sexualidad con más pasión, habría menos agresión.